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domingo, 8 de marzo de 2020

DESCUBRIENDO MÚSICA ARAGONESA

A veces un paseo por los estrechos caminos de la red nos puede deparar gratas e inesperadas sorpresas. Por ejemplo la de hallar nuevas obras, nuevos autores que amplíen nuestro pequeño panorama melómano. Recientemente descubrí, gracias a esas generosas almas que publican  amparados en  la cada vez más exigua libertad del internauta, un nombre hispano del que amantes de la música culta de varias nacionalidades e idiomas volcaban comentarios entusiastas, comparándolo con genios contemporáneos como J. Sibelius. 
Se trataba de Francisco Calés Pina y la obra tan admirada era su Segunda Sinfonía, compuesta en 1912 ( El burgués gentilhombre R. Strauss, Mi madre la oca de Ravel, Concierto para piano nº 1 de S. Prokofiev).  Tras escucharla se aprecia gratamente todo lo que insinuaban tan entusiastas comentarios: grandiosidad orquestal, riqueza melódica, modernidad dentro del último suspiro romántico ( Rachmaninov...). 
La curiosidad me llevó a conocer que era zaragozano y que acabó siendo profesor del Real Conservatorio de Madrid. Francisco Calés Pina (Zaragoza, 1886 — Villa del Prado, (Madrid) 1957) fue un compositor, director y profesor. Tras recibir clases en su ciudad natal, a los siete años de edad ingresó como alumno en el Conservatorio de Madrid, en cuyo centro realizó sus estudios musicales bajo la dirección de los maestros José Raventós, Julio Francés, José María Guervós, Valentín de Arin, Emilio Serrano y Tomás Bretón. Terminó los estudios superiores de contrapunto, fuga, composición e instrumentación en el curso académico 1909-1910, alcanzando diploma de primera clase otorgado por unanimidad.

En abril de 1913 ingresó en el Cuerpo de Directores de Música del Ejército, realizando brillantísimos ejercicios, por los que alcanzó el puesto de honor entre los cuarenta y dos opositores.Compuso varias marchas militares, entre las que destacan el Himno al Batallón de Cazadores de Cataluña número 1, Laus heroi y el himno legionario Tercios heroicos, que acompañó a la legión a lo largo de toda su vida militar llena de gloriosas gestas marciales.

En 1914 ganó el premio de Roma de la Real Academia de Bellas Artes, componiendo e instrumentando en uno de los ejercicios de la oposición, y en veinte días de clausura, la ópera en un acto Las sombras del bosque.

La música de Francisco Calés Pina se caracteriza por su estilo sincero, su armonía intensa y expresiva, su belleza rítmica y su frondosa orquestación. En breves palabras: por su técnica perfecta, acabada y personal. Todas las grandes orquestas de concierto y las más prestigiosas masas corales españolas, han interpretado composiciones del maestro Calés, quien obtuvo resonantes éxitos en su doble personalidad de compositor y director.


En 1931 abandonó voluntariamente su carrera militar para consagrarse por entero a la composición y a la pedagogía musical. En particular, fue maestro de su propio hijo, Francisco Calés Otero, en armonía, contrapunto, fuga y composición. Hasta su muerte fue profesor de las clases de conjunto vocal y conjunto instrumental del Real Conservatorio de Música de Madrid.
Fue profesor de los músicos de la generación del 50, Carmelo Bernaola, Halfter...
Zaragoza lo reconoce de alguna manera? alguna Calle? Zaragoza siempre ciudad ingrata!
Esta versión puede deberse al concierto ofrecido por la Sinfónica de RTVE dirigida por Luis Termes en 2012. No estaría de mas que una orquesta de las nuestras incluyera esta u otra de sus obras en sus programas, antes que tanto unas como otras desaparezcan.
Disfrutad de ella, merece la pena descubrirla.

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